
Ya no quedaba nada en el aliento de la buena mesa de los días anteriores, ni es su ropa del perfume sin olvido de una dama inapropiada, ni los gritos de los niños jugando sonaban en sus oídos huecos, solo quedaba él, tan perdido que apenas recordaba quien era, tan abandonado que nadie ya decía su nombre.
No quiere descansar, huye del Caronte de su callejón, se mece en el suelo como mecido fue al nacer pero ya sin corazón, no puede abandonar el mundo único pues en nada cree más lejos de su camino, pero antes de huir a la nada oscura busca de nuevo ese corazón perdido.
Soledad de agua clara y lágrimas de papel en textos releídos, millones de miradas perdidas en paredes anónimas, nombres que no significan algo, caras que lo fueron todo.
Cada instante parece el último y después solo es otro, su vida son recortes del mismo día con apenas recuerdos del último momento de ayer.
Así se acaba, así se pierde cuando ya no hay nada que ganar, es el final de todos los finales, cuando el cielo cae como si fuera el telón pesado de un viejo teatro.
Hoy no me levantaré, o quizás de solo tres pasos, la miseria de mis heridas colma el orgullo del que pasa, solo eso, pero mi deriva es la buscada, es la trampa a la que mi mente me sometió.
Solo soy una sombra del presente que aguanta la mirada fija como si de locuras estuviera lleno. Ya voy desapareciendo, solo será un segundo mas.
1 comentarios:
El futuro siempre a un paso, o sea presente puro y duro. Vidas solo de ahora mismo.
Saludos desde ésta tu tierra Jose Fco. Buena semana.
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