
Lo traté de despertar primero llamándole a gritos pero mi voz se iba apagando según gritaba más, después quise alcanzarlo y mis dedos no llegaron ni a tocar su ropa , cada vez me sentía más lejos , tras un vacío inalcanzable. Me sentí solo, en una letanía donde el frío acuchillaba mi cuerpo. Quise gritar aún más y golpeé el espejo que tenía delante, nada.
Grité mientras lágrimas de sal y plata llegaban a mis labios, mientras mi cuerpo se adormecía, sollocé palabras que buscaban el dolor más cercano al alma para solo pedirle un descanso. Dejé mi rostro llenarse de gestos inalcanzables. No llegué a él.
Puedo ver en mi la pena de otros, o tal vez sea la mía la que veo en ellos.
Solo quiero aliviar el alcance de una desdicha, solo quiero soñar el poder no volver a verla. No quiero que nada dañe mi inmortalidad cuando soy capaz de seguir lo que más amo.
Solo tuve que abrazarme, que mirar más allá de cada centímetro de mi piel, que encogerme, ¿cuánto más pequeño puedo ser?, y la respuesta fue aquel niño que vi en un lado de tu corazón solamente mientras estaba frente al espejo.
4 comentarios:
Reflexivo, muy hondo y muy melancólico.
Saludos desde España.
Muy profundo y muy hermoso.
todos queremos esconder a quel pesona pequeña indefesa que llevamos dentro pero cuando nos enamoramos esa personita es la que responde a quel amor por que somos tan inorantes que solo hacemos todo para dañar ese centimiento que por naturalidad somos todos en la vida tenemos ese niño dentro ese que quiere amar y soñar solo que nuestro ego se le olvida que existe
Nuestro lado más tierno e invisible, niño de por vida.
Saludos
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